Conocer las técnicas de rescate de socorrismo acuático básicas es fundamental. Cada año, aproximadamente cinco personas pierden la vida al intentar rescatar a alguien en apuros. Aunque pueda parecer contradictorio, tu propia seguridad personal debe ser siempre la prioridad número 1 en cualquier situación de rescate.
Las personas que se encuentran en dificultades en el agua probablemente estén en estado de pánico, temiendo por su vida, y esto hace que la situación sea muy peligrosa. Una persona ahogada en estado de pánico extenderá la mano y, si tiene la oportunidad, trepará por encima de ti en su intento de mantenerse a flote. Una vez que esto sucede, es muy difícil liberarse, incluso para los nadadores fuertes o los expertos en técnicas de rescate acuático. Existe un riesgo real de que ambos se ahoguen.
4 máximas en el rescate de socorrismo acuático
– Conciencia. Reconocer una emergencia y aceptar la responsabilidad
– Evaluación. Hacer un juicio informado
– Actuar. Desarrollar un plan y llevar a cabo el rescate
– Asistencia posterior. Prestar ayuda hasta que llegue la asistencia médica
Una vez que el rescatador potencial ha reconocido la situación y ha decidido que necesita actuar (Conciencia), son los pasos de Evaluación y Acción los que se vuelven tan importantes para garantizar su propia seguridad mientras ejecuta un rescate exitoso.
¿Cómo realizar un rescate acuático?
El rescatador necesita observar el entorno y considerar por qué la persona está en problemas. Cada situación de rescate es única, pero en la medida de lo posible debe tener en cuenta la profundidad del agua, la temperatura, el viento, las olas, las corrientes, la visibilidad, la hora del día y cualquier otro peligro potencial dentro, sobre o bajo el agua.
También deben tener en cuenta el grado de urgencia requerido (persona consciente o inconsciente), la capacidad de nado de la persona que se está ahogando, la distancia a la seguridad y los lugares de entrada y desembarco.
Por último, pero igualmente importante, deben considerar su propia capacidad (conocimientos, habilidades, aptitud, juicio) con respecto a los factores anteriores. Al reflexionar sobre su propia capacidad, también debe considerar qué otra ayuda puede estar disponible; por ejemplo, la de los transeúntes y qué habilidades pueden tener.
Técnicas de rescate acuático
Básicamente, el socorrista debe reunir toda la información posible en un plazo de tiempo adecuado y, a continuación, hacerse una pregunta fundamental: ¿Puedo realizar este rescate con seguridad? Si la respuesta es «sí», entonces se requiere un plan de acción.
Es aquí donde el socorrista debe minimizar el peligro para sí mismo llevando a cabo la forma de rescate más segura posible. Existen diferentes tipos de rescate, enumerados aquí con el más seguro primero y el menos seguro después:
– Hablar
– Alcanzar
– Lanzar
– Remar
– Nadar (rescate acompañado)
– Remolque sin contacto
– Remolque de contacto
El rescatador debe considerar:
– ¿Puedo hablar con la persona, calmarla y dirigirla a un lugar más seguro?
– ¿Hay algo a mano que pueda utilizar para alcanzar a la persona, como una cuerda, un palo o una toalla?
– ¿Hay algo que pueda lanzar a la persona para ayudarla a flotar, como un chaleco salvavidas, una tabla de surf?
– ¿Hay una canoa o algo similar que pueda remar y hacer que se sujete?
– ¿Puedo nadar hasta ellos y, manteniendo una distancia de seguridad, pasarles una ayuda a la flotación y acompañarles a la seguridad, animándoles e instruyéndoles?
– ¿Puedo nadar hasta ellos y, manteniendo una distancia segura, pasarles una ayuda a la flotación y remolcarlos hasta un lugar seguro? (remolque sin contacto)
– Si todo lo demás ha fallado, ¿sé cómo realizar un remolque de contacto para ponerlos a salvo? ¿Tengo la fuerza, la destreza y la forma física necesarias para hacerlo, garantizando al mismo tiempo que mi propia seguridad es la prioridad número uno? ¿Soy capaz de hacer frente a una persona en estado de pánico que quiere agarrarse a mí?
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