Las bases del entrenamiento están claras, siendo las nuevas corrientes sobre las distintas metodologías de entrenamiento interpretaciones sacadas de estas, que dan lugar a nuevas técnicas de trabajo y que para comprenderla debemos tener afianzadas las bases.
Es por ello que en primer lugar, debemos conocer que las capacidades físicas se definen como “las características individuales de la persona, determinantes en la condición física, que se fundamentan en las acciones mecánicas y en los procesos energéticos y metabólicos de rendimiento de la musculatura voluntaria, y que no implican situaciones de elaboración sensorial complejas.” (Gutiérrez, F. G.,2011).
Por lo tanto, se conocen como capacidades físicas la Fuerza, la Velocidad, la Resistencia y la Movilidad, comúnmente llamada de forma menos apropiada flexibilidad.
Hasta ahora hemos seguido el punto de vista de estudio tradicional de las capacidades física, pero en este punto debemos abordar la perspectiva más convencional que nos aporta Julio Tous sobre ellas.
Tous, entiende que el ser humano está diseñado y se desarrolla en su entorno gracias al movimiento, siendo este llevado a cabo gracias a la acción muscular. De esta manera, y considerando la cantidad de posibilidad que tiene el ser humano para crear acciones musculares, simplifica el estudio en entender el producto final de dichas acciones musculares, teniendo como resultado las siguientes: (Tous, J., 2007).
• Nivel de Fuerza Aplicado: Cantidad de Newtons que se aplican en una acción determinada, lo que se entiende como FUERZA.
• Tiempo que tardo en alcanzar ciertos niveles de fuerza: Cantidad de
Newtons que se aplican por segundo en una determinada acción, lo que se entiende como VELOCIDAD.
• Tiempo que soy capaz de mantener un determinado nivel de fuerza:
Cuánto tiempo somos capaces de mantener una determina cantidad de
Newtons en una acción determinada, lo que se entiende como RESISTENCIA.
Nos quedaría considerar la MOVILIDAD, entendiéndose esta como la capacidad facilitadora que nos permita realizar lo diferentes movimientos sin que existan limitaciones estructurales y que deriven en tal caso en posibles patologías.
Así, considerando este punto de vista debemos interpretar a la FUERZA como la capacidad física básica de la que van a depender la demás, y más importante aún, debemos comprender que si mejoramos nuestros niveles de fuerza van a mejorar el resto de capacidades, siempre que estas se sigan trabajando en su cierta medida también.
De esta manera, podemos caer en el error de pensar que si mejoramos nuestra masa muscular mejoramos nuestro rendimiento y no es completamente cierto, te explico el por qué…
Vamos a ponernos en la situación de una persona que ha sufrido una lesión y comienza el proceso de rehabilitación. En este caso esta persona ha sufrido cambios neurológicos en el córtex cerebral que le ha llevado a cambiar sus esquemas motores por una mala gestión de la información entorno-tarea.
Creando así, desequilibrios musculares que provocar que sus relaciones intermusculares e intramuscular a la hora de hacer cualquier movimiento sean distintas a las que tenía antes de lesionarse.
Por ello, no solo es entrenar la masa muscular, sino es entrenar la generación, absorción y transmisión de fuerzas en una gran variabilidad.
RAÚL CEDENILLA RODRIGUEZ.
